¿Necesita su hijo gafas? Todo lo que debe saber

Es una pregunta muy habitual entre los padres y madres. Sin embargo, que un niño o una niña utilice gafas es más común de lo que parece. De hecho, se ha convertido en algo cada vez más habitual. Aproximadamente un tercio de los niños a nivel mundial necesita gafas. Una cifra que se espera siga creciendo en los próximos años.

Los defectos de refracción, como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, son las razones más comunes por las que un niño puede necesitar lentes.La miopía se produce cuando la longitud axial del globo ocular es demasiado larga. Suele manifestarse alrededor de los 6 años y dificulta que el ojo enfoque con claridad los objetos lejanos. Por otro lado, la hipermetropía causa visión borrosa porque el foco se forma detrás de la retina, mientras que el astigmatismo genera mala visión a todas las distancias debido a una irregularidad en la córnea.

Los motivos que provocan estos defectos refractivos (miopía, hipermetropía, astigmatismo) son variados y entre ellos podemos detectar como los más importantes: factores genéticos, crecimiento ocular, uso excesivo de pantallas o falta de tiempo al aire libre.

Además de estos defectos refractivos, existen otros problemas visuales que pueden requerir el uso de lentes. La ambliopía, también conocida como “ojo vago”, puede surgir si no se corrigen adecuadamente los problemas refractivos y afecta entre el 2-5% de los niños. El estrabismo, que afecta aproximadamente al 3-6% de los niños, puede ser un indicativo de problemas visuales subyacentes y también puede requerir el uso de lentes para su corrección.

Es crucial detectar y corregir los problemas visuales a tiempo para evitar complicaciones mayores en el desarrollo de los más pequeños. Estos son algunos síntomas que indican que su hijo o hija puede necesitar gafas:

• Entrecerrar los ojos: Entrecerrar los ojos puede ser un signo de que su hijo tiene un error de refracción, lo que afecta a la capacidad de los ojos para enfocar una imagen. 
• Dolor de cabeza: El esfuerzo por enfocar tensa los músculos oculares, pudiendo generar tensiones y cefaleas. Si su hijo o hija se queja con frecuencia de que le duele la cabeza puede ser que necesite anteojos. 
• Sentarse demasiado cerca del televisor o sostener el celular o la tableta demasiado cerca de los ojos: la miopía dificulta la visión de lejos, por lo que si necesitan acercarse en exceso a las pantallas, es probable que necesiten gafas.
• Frotarse los ojos en exceso: Frotarse los ojos en exceso puede indicar que su hijo sufre fatiga o tensión ocular. Este es un posible síntoma de que su pequeño o pequeña requiere de lentes.

Incorporar las gafas como parte de su día a día puede no ser tan fácil como parece. La incomodidad, el desconcierto e, incluso, los problemas de autoestima pueden aparecer. Es por ello por lo que hacerles un acompañamiento en sus primeros momentos con las gafas les ayudará a normalizar su uso y hacer que se sientan cómodos  con ellas.

Para lograrlo, es esencial que los padres expliquen a sus hijos las ventajas de usar gafas para mejorar su visión y no forzarlos en el proceso. Fomentar una comunicación abierta y usar ejemplos positivos, como héroes con gafas, puede hacer que los niños se sientan más cómodos con la idea.

Permitir que el niño elija su propia montura puede ser un factor crucial para aumentar su aceptación y entusiasmo por usar gafas. Cuando los niños sienten que tienen control sobre la elección de sus lentes, es más probable que las usen con gusto. Los padres deben mantener una actitud positiva durante este proceso y colaborar con profesionales de la salud visual para ayudar a su hijo a aceptar el uso de gafas.

Las visitas regulares al oftalmólogo son esenciales para mantener la salud visual de los niños. Los chequeos oculares deben comenzar desde el nacimiento si hay factores de riesgo visual, y continuar de manera regular durante la infancia. Estas visitas permiten detectar condiciones visuales a tiempo, lo cual es crucial para un tratamiento efectivo y la prevención de complicaciones mayores.

El éxito del tratamiento depende del diagnóstico temprano y del seguimiento regular con un profesional de la salud visual. Las visitas frecuentes al oftalmólogo no solo aseguran que el niño esté usando la corrección visual adecuada, sino que también permiten ajustar las recetas y las monturas según sea necesario para asegurar la mejor salud ocular posible.

No utilizar gafas puede tener consecuencias que van más allá de comprometer la capacidad de una persona para ver con claridad. Aunque no necesariamente empeora la visión, puede tener repercusiones a largo plazo:

• Fatiga visual: los músculos oculares tienen que trabajar más. Esto puede derivar en fatiga ocular, dolores de cabeza y problemas de concentración. 
• Ojo vago: cuando un ojo es significativamente más débil que el otro, el cerebro puede depender del ojo más fuerte. Esto puede provocar la pérdida de visión en el ojo más débil si no se trata. 
• Dificultades sociales y académicas: una visión clara es fundamental para que los niños destaquen en lectura, escritura y socialización. Una mala visión puede dificultar el aprendizaje y las interacciones sociales.

Una visión adecuada es clave para que los niños y niñas puedan desarrollarse y crecer plenos y saludables. Esté atento a las señales, visite con frecuencia al oftalmólogo y asegúrese de que su hijo se sienta cómodo si debe empezar a utilizar gafas. Verse feliz es la mejor forma de crecer. ç

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