Cómo ayudar a su hijo a mejorar la pronunciación en inglés

Pronunciar bien no solo ayuda a que su hijo sea comprendido, también mejora su autoestima al comunicarse. Cuando los niños sienten que pueden expresarse con confianza, se animan más a hablar y se interesan por seguir aprendiendo. Además, comprender a hablantes nativos se vuelve mucho más fácil.

Recuerde que en la etapa preescolar los niños tienen una capacidad especial para imitar sonidos, entonaciones y ritmos. Es el mejor momento para ayudarles a desarrollar una pronunciación clara y precisa.

Un estudio reciente del Departamento de Psicología de la Universidad de Ryerson analizó el papel de la música en el aprendizaje de una lengua extranjera. La conclusión fue clara: puede ayudar de forma muy eficaz a mejorar la pronunciación y a articular mejor los sonidos del inglés.

Esto se debe a que el procesamiento del lenguaje y el de la música se realiza en la misma parte del cerebro: el área de Broca, ubicada en el hemisferio izquierdo. Esta zona es fundamental para el aprendizaje de idiomas, ya que controla nuestra capacidad para unir palabras y formar oraciones. ¿Y qué tiene que ver esto con la música? Mucho. La música se compone de notas y acordes, al igual que el lenguaje se compone de sonidos y palabras. Ambas formas de comunicación comparten elementos como el ritmo, el tono, la entonación, el tempo y las pausas.

Gracias a estas similitudes, no es extraño que el aprendizaje musical influya positivamente en la adquisición de una buena pronunciación. Además, la música crea un ambiente relajado y convierte el aprendizaje en un juego. Cuando un niño canta y baila, aunque no pronuncie todas las palabras con exactitud, sigue aprendiendo en un entorno libre de estrés. Esto favorece tanto el rendimiento como el disfrute del idioma. La próxima vez que escuche a su hijo cantar sus canciones favoritas en inglés, recuerde: está mejorando activamente su acento.

Las películas también son una excelente herramienta para practicar la pronunciación. Una actividad recomendada es “Escuche y repita”. Usted puede escoger una escena breve de una película o serie infantil en inglés (preferiblemente con subtítulos), identificar frases sencillas y motivar a su hijo a repetirlas imitando la entonación de los personajes.

Esta práctica permite mejorar no solo los sonidos individuales, sino también el ritmo natural y la fluidez del idioma. Y al estar contextualizadas, esas frases son más fáciles de recordar y comprender.

Un juego muy útil en casa o en clase es el “Bingo Fonético”. Solo necesita preparar tarjetas con palabras que contengan fonemas específicos. Por ejemplo, si está practicando el sonido /ʃ/, puede incluir palabras como “sheep”, “shoes” o “shower”.

Usted dice una palabra en voz alta, y su hijo debe encontrarla en su tarjeta si contiene el fonema que están trabajando. Quien complete primero una fila o columna, gana. Es una forma divertida y efectiva de fortalecer la relación entre los sonidos y su representación escrita.

Recordemos que los fonemas son las unidades mínimas de sonido en inglés. Una pronunciación incorrecta puede cambiar por completo el significado de una palabra (como ocurre entre “ship” y “sheep”). Por eso, aprender estos sonidos es clave. El uso del Alfabeto Fonético Internacional (IPA) puede ayudar mucho, ya que representa con precisión cómo se pronuncia cada palabra. Es como aprender el abecedario de los sonidos.

Esta actividad resulta especialmente útil para los más pequeños. Usted puede leer en voz alta una historia interesante mientras el niño sigue la lectura en silencio.

Esto le permite aprender por imitación, mejorar su pronunciación, ampliar vocabulario y familiarizarse con estructuras del idioma. Los hablantes de español enfrentan ciertos retos al pronunciar inglés, y esta práctica ayuda a superar esos obstáculos poco a poco.

Asegúrese de escoger libros adecuados para su edad e intereses. Leer juntos, incluso por pocos minutos al día, puede marcar una gran diferencia.

Los trabalenguas en inglés —siempre adaptados al nivel del niño— son herramientas muy eficaces para entrenar la fluidez y diferenciar sonidos parecidos. Aquí le compartimos tres ejemplos fáciles y cortos:

• Four furious friends fought for the phone.
• Can you can a can as a canner can can a can?
• Double bubble gum, bubbles double.

Practicar estos trabalenguas juntos, repitiéndolos varias veces y en voz alta, puede convertirse en un momento divertido y educativo.

Una forma original y muy efectiva de practicar inglés es a través de talleres de cocina en inglés. Novakid ha creado videos en los que los niños pueden seguir recetas simples mientras escuchan a una profesora nativa. Además de mejorar la pronunciación, también aprenden vocabulario relacionado con los alimentos, los utensilios y las instrucciones.

Un estudio reciente de la Universidad de Newcastle apoya esta metodología: al asociar el aprendizaje de un idioma con actividades prácticas como cocinar, se logra un proceso más entretenido, significativo y duradero.

Hoy en día, existen múltiples herramientas digitales que puede usar desde casa para reforzar la pronunciación:

• Forvo: ofrece grabaciones de hablantes nativos pronunciando palabras.
  
• YouTube: cuenta con canales especializados en fonética infantil.
  
• Aplicaciones como Duolingo, Babbel o ELSA Speak: incluyen ejercicios interactivos que corrigen y guían la pronunciación.
  

Incluso puede usar asistentes virtuales como Google Translate con micrófono para practicar repeticiones. La clave es convertir estas herramientas en parte del día a día.

Una buena pronunciación no solo depende de hablar bien, sino también de escuchar bien. Juegos como el “teléfono roto” o “teléfono escacharrado” ayudan a entrenar el oído, la articulación y la memoria auditiva.

Este juego consiste en decir una palabra o frase en inglés al oído de otra persona, quien debe repetirla a la siguiente, y así hasta el final. Luego, se compara lo que se dijo al principio con lo que se escuchó al final. Es una actividad divertida y efectiva que los niños adoran.

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